jueves, 17 de septiembre de 2009

Recojo mis ropas untadas de Tierra de la Tierra

rasgadas por los caminos de alambres oxidados

de un pasado

lo suficientemente negro

y lleno de abismos violentos.

Y les prendo fuego para que como un incienso

perfumen estas cuatro paredes de mierda



De los vasos sucios llenos de Ron Suicida

se escapan estas palabras que piden sangre

que lustran mis colmillos

con los que morderé la lujuria



Estos gritos inagotables

morderán huesos y labios

arrancaran orejas

y las cambiaran por placeres obscenos

poblaran Santiago de juegos peligrosos y menstruales

para que ya nadie escuche

para que ya nadie vea

hasta que sólo haya danza

hasta que sólo haya "existir"

hasta que la naturaleza arda en éxtasis

hasta que la serpiente despierte

y se envuelva de la erótica copa asesina del miedo.



FELIPE BURGOS ORTIZ

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